Viernes 9 septiembre – 20:00
La sociedad, en su desenvolvimiento a nivel urbano, tiene muchos “caprichos” al momento de generar cambios temporales en los órdenes de funcionamiento de las ciudades o pueblos.
Estos caprichos toman formas variadas, pero las podemos agrupar como símbolos sociales, imágenes que nos muestran algo tradicional y/o razonable en ciertos aspectos, que crea un cambio urbano momentáneo para dicha acción, pero, detrás de las figuras que se nos presentan suelen esconderse muchas veces motivaciones más destructivas y oscuras.
Podemos poner ejemplos aislados del tema, solo para aumentar algunas palabras y explicar de mejor manera la opinión que se quiere expresar.
Cuando tenemos elecciones de cualquier tipo, la ciudad se transforma, se prepara y se alista para la actividad de votar por una ley o consulta, la ciudad se inmoviliza y disminuyen la cantidad de autos, la gente sale a las calles para hacer una fila y verter su voto, nadie trabaja ese día (estratégico para la economía que se haga en domingo), nadie viaja, la gente acuerda ese día hacer una actividad común.
Otro ejemplo, cuando hay una marcha, la gente igual se paraliza, la ciudad cambia, se crean filas y filas de coches y gente enojada, convencida, deseosa (o pagada, no nos taparemos los ojos con telas azules, blancas, negras, rojas, naranjas, moradas, arcoíris, etc.) se apodera de la ciudad pidiendo un cambio de la situación en la que vive.
Ambos casos cambian la dinámica del espacio urbano, que se acomoda por un día o varios para acoger dicha actividad, realizando esto para que la trama urbana original salga ilesa y no se dañe irrevocablemente para cuando vuelva a la normalidad, como si de un sistema de defensa se tratase.
Esto es más fácil en cuestión de marchas en Europa que en Latinoamérica, pero ese es un tema aparte para otro artículo, con opiniones más profundas de profesionales más entendidos en el tema.
Pero en este punto vamos a tocar un efecto curioso que igual transforma la ciudad, alejados de las intenciones de los ejemplos usados, inspirados también por las festividades de la Virgen de Guadalupe, el efecto “PAN Y CIRCO”, así con mayúscula porque no es un dicho sino es un enunciado.
El nombre proviene del latín Pan et Circenses, frase originada en la antigua Roma por el poeta Juvenal (100 A.C.) (Castillo, 2020), donde se hace sátira de las necesidades del pueblo para mantenerse en orden y tranquilos sin hacer alboroto bajo el control de sus líderes o sociedad, pues, aunque haya pasado el tiempo, en nuestra sociedad no monárquica estas palabras se han transformado para seguir presentes y funcionales hoy en día.
Podríamos poner muchísimos ejemplos, el carnaval, las carreras, el mundial de futbol, las olimpiadas, la parrillada del barrio, la fiesta salvaje tecno de fin de año, los festivales masivos de música, pero por las fechas en las que estamos dedicaremos este ejemplo a la Virgen de Guadalupe, una imagen social usada perfectamente para dar al pueblo rienda suelta, o, mejor dicho, darles “PAN Y CIRCO”.
Analicemos nuestra festividad, porque estos procesos tienen un periodo de gestación y evolución que ya van modificando nuestro movimiento urbano hasta el día señalado:
· Inicialmente, el primer síntoma urbano, se representa por unos pequeños cambios de ruta en la movilidad urbana, debido a apropiaciones esporádicas de un grupo social clásico de las fechas, los bailarines, este efecto puede producir contaminación sonora y algún incremento de la inseguridad urbana en el sector, dependiendo como y a qué hora termine la reunión, pues los ensayos se realizan tras las horas laborales y muchas veces no solo en espacios públicos sino a media calle. Aquí observamos a los primeros actores del futuro cambio, animándome a decir los que son a priori más inofensivos, pues es la gente ya entusiasmada en fervor por la futura fiesta, no podremos desde este punto hasta el final saber si es fervor religioso, gusto por la diversión, costumbre, tradición o todo en uno, pero les damos el beneficio que el pasar bailando no es algo que este dañando a nadie realmente, solo provocando el desorden urbano.
Sábado 10 septiembre – 09:00
· Pasados estos dos síntomas ciudadanos está claro que ya se marcó la “entraditis” aguda, no una enfermedad sino una costumbre estacional local urbana, prevalente del mes de septiembre, mes muy festivo nacionalmente, este siguiente punto es más un ruido mediático y de permisos más que urbano físico, pero es la confirmación oficial de la entrada, periodos que se gestan desde el año pasado con los organizadores, en este punto la sociedad sabrá los cambios urbanos que habrá en el sector, cuando será el pre-convite, cuando será el convite, si habrá alcohol por ahí, cuando se venderán los puestos, habrá patrocinadores y quedara 100% confirmado el día de la entrada oficial.
Sábado 10 septiembre – 16:00
· Definidos estos datos es donde aparecen los actores en la sombre donde podemos ver la parte más oscura del movimiento urbano que se está generando, revendedores y negociantes de la diversión. Si entendemos a los bailarines como el CIRCO para el pueblo, estos son los proveedores del PAN, tenemos:
o Gente que, tras sobrevivir a las interminables filas para conseguir insumos espaciales y físicos para la entrada, compra al por mayor espacio público para después ganar fuertes cantidades de dinero al revender, para aglomerar un montón de gente en un par de metros cuadrados (alguien dijo sardinas en lata), donde las peleas y estafas están a la orden del día, y no hablamos de sectores cortos, no, hablamos de calles y calles que pondrán en coma a la ciudad, pero ya lo veremos más adelante.
o Los dueños del espacio público, que deciden no controlar a los primeros proveedores, son los mayoristas que están más ocupados en otros asuntos y dejan que los proveedores se organicen entre ellos esa parte, mientras antes se acaben los puestos mejor, menos lio.
o Vendedores clandestinos al por mayor de bebidas alcohólicas, pues al prohibir el funcionamiento de las licorerías, solo trabajan los revendedores de manera clandestina, este grupo proveerá el elixir básico para la diversión de muchos transeúntes.
o Vendedoras ambulantes, que se instalarán por zonas poco estratégicas, ya habrá caos urbano, que importa un poco más
Sábado 10 septiembre – 19:00
· Definidos estos grupos aparecerán los últimos actores, los comensales, el público. Tras los efectos de los ensayos, avisos y socialización llega el pre-convite y el convite, la muestra de cómo será la entrada, pero aun sin los trajes, sino con ropa especial de las distintas agrupaciones con el nombre del grupo y colores combinados, es la prueba de fuego, donde se cierran varias calles, desde la avenida de los Mendoza hasta la plaza 25 de mayo, aquí ya tenemos la primera transformación significativa, las vías cambian volviéndose peatonales y lugares de concentración, muchos espacios alejados de esta actividad se vacían, concentrándose la gente en este nuevo eje central urbano, de forma libre aun no marcado ni con el PAN en la mesa, la gente cambia su entorno para disfrutar del momento, pero sin darse cuenta la ciudad ha mutado por un par de días, es lo previo al gran evento que se avecina, aquí tenemos caos urbano pero imagínense cuando esté preparado el PAN y el CIRCO, porque seamos objetivos todo está preparado para la explosión cuando lleguen los comensales de la entrada.
Domingo 11 septiembre – 01:00
· Llegados a este punto, se ha gestado a fuego lento el cambio urbano para el gran día, el cual ya ha llegado, el CIRCO está preparado para entretener, el PAN está listo para ser vendido y ya se ha repartido entre todos los que quieren ver y aquí tenemos dos imágenes la para la foto y la que se gesta detrás:
o En la foto, se enfocará a los bailarines perfectamente arreglados, los organizadores mostrarán el esfuerzo de su trabajo al mostrar una excelente organización interna entre los bailarines, alguno que otro puede arruinar el cuadro olvidándose que está en la zona de la foto y sacando desde dentro su instinto de público, pero hay que reconocer que la imagen ha sido y es la adecuada, todo bien armado, coreografías muy buenas, publicidad bien plantada, publico sano y selecto para este momento, familias que viven la fiesta de una forma sana, la virgen siendo admirada y ovacionada (curioso que es la primera vez que la nombramos y es al final) esta es la parte que se muestra con el PAN y el CIRCO, las bondades del mismo y la capacidad admirable y organizativa de quienes lo proveen, pero ahora pasemos a la otra imagen.
o Detrás de la foto esta la verdadera fiesta, la fiesta oscura, la fiesta de la walala, la destrucción del espacio público y la ciudad, la gente pierde el control, ya no hay cámaras y pueden liberar todo eso que se han estado guardando y que pasa cuando unes gente apretada, con alcohol, comida y diversión en grandes cantidades, pues, las calles se llenan de basura, de gente en estado de inconciencia, de peleas, riñas, accidentes, congestión, desorden, destrucción del espacio público, destrucción de muchos espacios de trabajo, malestar espacial, acústico y quien sabe alguien que termine en el hospital por una mala caída, la diversión en su máximo esplendor, el fanatismo vuelto actividad.
Como hemos visto ha sido un viaje de degradación interesante, pero porque no hemos mencionado casi a la virgen, si después de todo es su fiesta, ¿o no? Pues no, no es su fiesta, al menos no de la figura que vemos en la vitrina, en la foto, es la fiesta de la imagen social que es una excusa para distraerse al extremo de liberar la destrucción personal, si hay alguien que disfruta de esto deberíamos representarlo como realmente es, un ente siniestro y caótico que nos mira, que se ríe de nosotros, de nuestras excusas vueltas costumbres y nuestro fanatismo vuelto descontrol, este ente que disfruta con nuestra forma de ser, esta “GUALALA” es nuestro reflejo social, que repetimos con diferentes estandartes, que sale a pasear y reírse de nosotros no solo en septiembre, también en febrero, mayo, agosto, diciembre, unas veces cargando la cultura, otra la religión, otra la revolución y otras simplemente la diversión, pero siempre está ahí porque somos nosotros como ente en conjunto cambiando por tiempos nuestro espacio urbano, sin reflexionar en el mal que le hacemos a quienes comparten el mismo espacio, pero no comparten nuestro culto al PAN y al CIRCO.
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